Chile está preparado para la inversión de impacto social
Un efecto social, medioambiental y económico, eso es lo que busca la inversión de impacto, definida como aquella que se realiza en empresas, organizaciones y fondos, con el propósito de generar efectos en estos tres aspectos.
Según la encuesta de inversión de impacto 2017, que realiza anualmente GIIN, la inversión global alcanzó una cifra record de US$ 114 mil millones. Sin embargo, dos de tres consultados dice buscar retornos de mercado, y sólo uno de tres va por retornos financieros por debajo del mercado con el fin de privilegiar los objetivos sociales.
En Chile, según el estudio sobre Inversionistas de Impacto realizado por el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (Cefis), de la Universidad Adolfo Ibáñez, la realidad es un tanto diferente. El 46% de un total de 32 inversionistas encuestados dice privilegiar el impacto social por sobre el retorno financiero.
Más allá de las cifras, existen otra consideraciones como saber si Chile está preparado para este tipo de inversión.
Sí o sí
En el marco del segundo encuentro internacional ‘Impacto Social y Retorno Financiero’, organizado por la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos (Acafi) y la Pontificia Universidad Católica, con la colaboración de Corfo, actores relevantes en este ecosistema coincidieron.
‘Chile tiene que subirse a esta discusión sí o sí, porque los cambios que están ocurriendo a nivel internacional y los desafíos que tenemos como sociedad nos empujan a eso. No tenemos la opción de estar o no estar, hay que estar. En Chile hemos avanzado en esto y sin lugar a dudas está preparado para avanzar en esta discusión y en escalar esta industria’, consignó María José Montero, directora de la Acafi y socia fundadora del primer Fondo de Impacto Social (FIS Ameris), que ha invertido casi US$ 12 millones. Según Montero, en el país hay distintos actores desde el mundo financiero que están empujando esta industria, no solo a nivel de fondos. Family offices, plataformas de crowfunding, a nivel de los institucionales y universidades, también están jugando un rol. Otros actores como las redes de inversionistas, redes de emprendimiento, aceleradoras y premios, añade, también ayudan.
‘Hay un ecosistema que está creciendo, pero que necesita escalar, donde se necesita fortalecer tanto la oferta como la demanda. Antes, cuando levantamos el primer fondo, que fue en 2009, uno hablaba de emprendimiento social y nadie entendía lo que uno hablaba. Te preguntaban si era filantropía, ibas a Corfo y te mandaban a Fosis. Hoy es parte del discurso de muchos actores y hablar del triple impacto y entender el rol que tiene el sector privado en la solución de problemas sociales y su rol, mucho más activo, me parece que es una oportunidad clara para avanzar’, cree Montero.
Para Cristóbal Silva, director de Acafi y presidente de la Comisión VC&PE (Venture Capital & Private Equity) del gremio, ‘sí estamos preparados’ para recibir inversión de impacto social. ‘Veo que rápidamente se han ido alineando todos los elementos que se necesitan para que haya este tipo de inversiones en Chile. Emprendedores, por un lado, un mayor número que trabajen en resolver problemas graves y que generan beneficios para las comunidades donde se encuentran y que además generen un retorno financiero, vemos que se está levantando el interés del Estado, a través de la Corfo, por un lado, y de inversionistas institucionales, por otro, como las AFP’, resume.
Estado, universidad e institucionales
Para el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel, las empresas ya entienden el impacto social que genera este tipo de inversiones. ‘A través de los instrumentos que hemos desarrollado, hemos descubierto que hay una cantidad enorme de empresas que han entendido que el impacto positivo ambiental o social, o incluso en otros ámbitos como la solución de políticas públicas, es clave en su desarrollo’, sostiene.
Álvaro Ossa, director de Transferencia y Desarrollo UC, coincide en que ‘Chile está preparado. No es una opción, lo que Chile tiene que hacer es subirse a este carro. A mí me parece que estamos preparados y lo estamos haciendo (…) me parece que el retorno financiero y el factor social es algo que viene de la mano y se debiese dar de forma natural’. Ante la pregunta de si las AFP de Chile están preparadas para estas inversiones, Fernando Larraín, gerente general de la Asociación de AFP, fue categórico: ‘Nos hemos ido convenciendo de que la inversión de impacto va de la mano con retorno financiero (…) Hay que volver a mirar y repensar la política de inversiones’.
Desafíos
Pero el ecosistema también sabe que tiene desafíos para pavimentar el camino de este tipo de inversiones. Para María José Montero resulta fundamental tener un trabajo participativo. ‘Chile es un mercado pequeño y si no sumamos fuerza en esto, es muy difícil capitalizarlo’, advierte.
Silva, por su parte, propone mejorar la forma en cómo se miden y reportan los impactos que generan las empresas, además de trabajar en un marco regulatorio.
El principal desafío según Sichel apunta, por otra parte, por ‘acelerar el mercado del financiamiento o capital de riesgo y el mercado del crédito para que entienda y evalúe de mejor forma los emprendimientos con impacto’.
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