Rosario Celedón: “Algunas empresas creen que basta con poner a una sola mujer para cumplir…”
‘Estoy con un optimismo racional. Como en las relaciones de pareja, es una decisión poner de tu parte’, sostiene la abogado Rosario Celedón sobre el momento social y político que se inaugura a partir del 11 de marzo, cuando un nuevo gobierno y un Congreso con otras fuerzas y equilibrios asuma el poder.
Un ‘optimismo racional’ que a esta directora de empresas y una de las figuras influyentes en el mercado financiero, la llevan a observar este nuevo ciclo con un entusiasmo contenido. ‘Tengo esperanza en ver cómo iremos armando los espacios para construir un diálogo social de verdad. Cuando eres optimista estructural como yo, uno quiere albergar ciertas esperanzas’.
Abogada de la Universidad de Chile con un máster en Derecho de la Universidad de California, Berkeley, Rosario Celedón alcanzó notoriedad como una de las ideólogas de la Comisión para el Mercado Financiero —que fusionó a la SVS y SBIF— de la cual luego fue vicepresidenta (2017-2020). En ese período lideró el proceso de las Fintech en el mercado de valores y, desde el ministerio de Hacienda, más tarde participó en la redacción de la ley. En septiembre de 2021 se integró como directora independiente de la Asociación Chilena de Fondos de Inversión y, un mes después, como directora independiente de la Bolsa Electrónica de Chile.
‘Tengo 43 años, pero me he movido de pega como si fuera millennial. Los cargos me tienen que hacer sentido y necesito estar siempre aprendiendo para mantenerme entretenida’. Así resume parte de su trayectoria, que comenzó en el staff de Carey abogados y que, tras su paso de dos años por la U. de Berkeley, la llevaron a trabajar en la SVS con Fernando Coloma.
‘Nos tocó el caso La Polar, que fue bien duro; una empresa cuyo gobierno corporativo estaba súper premiado porque habían logrado dar acceso a crédito a un sector que estaba fuera de todos los análisis de riesgo… Pero de repente nos dimos cuenta de que había un fraude tremendo. Para mí fue la pérdida de la inocencia y a la vez una gran inmersión en el sector público’.
Cuenta que fue su llegada a la SVS el punto de partida que la llevó a especializarse en el mundo financiero. ‘No es que a los abogados nos toque la parte más fome de la pega (ríe), pero me gusta ir más allá y formar parte del correlato entre el lado de las reglas con el componente económico o social; ahí la conversación es más rica. De hecho, siempre me ha parecido atractiva la diversidad. Cuando estaba en el directorio de la CMF, el presidente tenía 72 años y el director más joven, menos de 40; habían personas con estudios en la Universidad de Chicago y también en Lovaina, Francia. Yo era la única mujer, la única abogado; siempre me toca ser la única mujer y abrir espacios’.
—De hecho, cuando terminó su período en la CMF en el 2020, el presidente Piñera nominó como reemplazantes a dos hombres y fue duramente criticado.
—La opinión pública demandó coherencia; si la CMF le exige al mundo empresarial que incorpore diversidad y paridad a sus gobiernos corporativos, esta vez era el propio consejo que no lo estaba cumpliendo. Finalmente el gobierno se vio obligado a cambiar sus cartas y fue nombrada Bernardita Piedrabuena.
—Por lo visto aún cuesta que las mujeres lleguen a cargos directivos, sobre todo en el sector privado.
—Algunas empresas creen que basta con poner a una sola mujer para cumplir, pero así es difícil que se produzcan cambios reales porque desde la minoría es difícil incidir. De todas formas, creo que a veces lo nuevo no necesariamente pasa por ser mujer, también porque eres independiente, joven o tienes una profesión o un background distinto. Eso sí, lograr que tu visión sea prioridad es más difícil de a uno; requiere de más estrategia, hacer alianzas, y bajar la ansiedad porque se avanza más lento.
—En los primeros años de la CMF tiene que haber costado incidir para que las empresas incorporaran nuevos parámetros a su gobernanza, como temas ambientales y sociales, por ejemplo…
—Pedirles que informaran sobre sus brechas salariales, de cómo se relacionaban con sus trabajadores, proveedores, su impacto medioambiental, por ejemplo, fue tremendo. Fueron años de mucha resistencia; nos decían que eso estaba fuera de su ámbito de competencia, que la ley de Sociedades Anónimas sólo decía que había que maximizar las utilidades para todos los accionistas y que ninguna parte señalaba que había otros stakeholders relevantes, como los trabajadores y las comunidades. Tengo la sensación de que ese camino que se fue construyendo, llevó a que estas discusiones se dieran en los directorios y reflexionaran sobre cómo lo que estaban haciendo en cuanto a flexibilidad laboral, corresponsabilidad, en el trato a los proveedores, etc. Los informes de sostenibilidad pueden ser una oportunidad muy valiosa de comunicación, mucho más que una memoria anual: Usted siéntese a reflexionar y mírese hacia adentro porque el mundo está cambiando muy rápido.
—A propósito: ¿cómo ve el tránsito que comenzó Chile a partir del estallido social?
—Esto es algo que está pasando en todo el mundo; en casi todos lados hay malestar, una inquietud.
Dirigiendo ahora la mirada sobre nuestro país, señala:
—Ya no nos representan los mismos ejes políticos ni a las coaliciones tradicionales. Hay un cambio generacional y cultural que será bien brutal; por primera vez tendremos a un Presidente de la República de 36 años y eso se verá reflejado en varios espacios. Estamos en un punto de inflexión, en el inicio de una montaña rusa en que dejamos de hablar del mercado, la clase media, de crecimiento económico, para conversar del Estado, los pueblos originarios, las demandas sociales. Eso, mientras que la pandemia nos mostró que había muchas personas que viven de una manera mucho más precaria de lo que creíamos. Nos cambió el eje y nos llevó a entender que la colaboración público-privada es clave. En lo personal, mi aspiración es que prime una visión más esperanzadora; desde el lado en que uno esté, la pega que nos toca es que este proceso resulte lo mejor posible.
‘El test de la realidad’
—Con el inicio del mega ciclo eleccionario se ha visto una gran volatilidad dada la incertidumbre en el sector financiero. ¿Cuándo lograremos una mayor estabilidad?
—Creo que la certidumbre solo la recuperaremos en la medida de que la conversación se dé en buenos términos. En términos sociales, por ejemplo, las demandas y las expectativas son altísimas, aunque percibo que los chilenos están siendo prudentes, con conciencia de que no todo se podrá cumplir rápidamente. La discusión ahora es cómo se van a manejar esas expectativas, además, porque al gobierno electo le tocará recibir una economía recalentada, altos niveles de inflación y finanzas públicas débiles…
—¿Ahí cómo ve parado a Gabriel Boric?
—Bien, aunque existe un desconocimiento respecto de quiénes conformarán sus equipos, si lo hará con gente de su misma coalición y las propuestas que vimos para la primera vuelta, o bien la visión más moderada que se impuso para el balotaje. También será muy importante conocer el perfil del ministro de Hacienda.
Se queda pensando y agrega:
—De todas formas, el sector financiero opera en muchos países y permanentemente le tocan cambios de coalición, por lo que es muy pragmático; lo que buscan es claridad, certezas en las reglas, una carga tributaria razonable y espacio para desarrollos de mercado, por lo que siempre estarán dispuestos a que las nuevas autoridades vuelvan a explicar desde dónde se aporta, a ser propositivos, ver qué se puede mejorar, si compartimos la misma visión y construir esas relaciones.
—¿Continuará la fuga de capitales?
—Esto es algo que el mercado viene internalizando hace meses y que partió en la pandemia con los primeros proyectos de ley que cambiaron las reglas del juego y modificaron los contratos vigentes para servicios básicos de agua, luz, etc. También por lo ocurrido con las rentas vitalicias, que va a terminar en una demanda en tribunales internacionales. Entonces, sólo en la medida que se vayan restableciendo las confianzas, las certezas jurídicas y se vea un panorama más claro, la situación se va a estabilizar. Además que tampoco es malo tener un sector financiero que es capaz de ofrecerles a los clientes la posibilidad de reaccionar y mantener sus cuentas en dólares o invertir afuera, por ejemplo. Me parece que es una reacción razonable, más porque probablemente esta incertidumbre no durará solo hasta marzo o hasta conocer al gabinete sino hasta constatar una visión más moderada.
—En el fondo, a ver quién prima: si el Boric de la primera o de la segunda vuelta.
—Claro, el test de la realidad y el manejo de expectativas. Ahí estará la tensión.
—¿A qué se refiere con test de la realidad?
—A lo que realmente se va a poder hacer, cuáles son los apoyos, las mayorías en el Congreso, y porque llegarán personas que debutarán en el Parlamento, tanto en la Cámara como en el Senado…
—¿Por dónde van sus inquietudes?
—Lo que más me preocupa es el riesgo de deterioro de las instituciones; porque las reglas cambian, al igual que los modelos económicos y las prioridades, pero las instituciones permanecen y te permiten una visión más de largo plazo. Hemos invertido años construyendo esta institucionalidad, reclutando gente de primer nivel cuando no es fácil ser funcionario público o liderar porque el escrutinio es alto. Sin embargo, con la discusión de los retiros del 10%, vimos cuestionamientos que iban más allá de lo técnico, con descalificaciones personales, como le pasó a Mario Marcel. Se juega mucho ahí, en cuidar los roles de las instituciones y no deteriorarlas.
—En un año que será complejo, con una inflación mundial y con nuevas variantes del covid circulando… ¿Cómo ve el contexto en el que le tocará gobernar al presidente Boric?
—Así como los chilenos son prudentes, también somos resistentes y capaces de absorber cambios estructurales… Pero no sé hasta cuándo dure la paciencia y de qué manera el gobierno va a manejar las expectativas porque el escenario económico se viene difícil y pedirle a las personas que sigan en régimen de vacas flacas será complejo. Además, la autoridad tendrá que tomar algunas decisiones duras, como retirar los paquetes de ayuda social y focalizar las políticas públicas… Espero que tengamos una oposición constructiva porque se viene un año bien desafiante, con mucha incertidumbre, en lo económico, político, social…
Y sobre el trabajo de la Convención, comenta:
—En este sentido, que la propuesta de nueva Constitución pudiera terminar con un rechazo en el plebiscito de salida, sería un escenario muy malo para los inversionistas porque sería un indicador de una imposibilidad de ponerse de acuerdo en aspectos básicos y también nos dejaría muy empantanados. Hay hartos ojos en el mundo observándonos, no sólo por la juventud de Boric o el cambio de coalición, sino por cómo llevamos adelante un año que será fundamental para Chile en muchos sentidos.
Fuente: La Segunda, miércoles 12 de enero de 2022