Cambio en la regulación facilitaría que las AFP inviertan en activos alternativos
Los activos alternativos, tales como activos inmobiliarios, deuda privada e infraestructura, son instrumentos menos líquidos que los tradicionales. Debido a que reciben un premio por iliquidez, pueden entregar retornos más altos, lo que ha despertado el interés de las AFP.
“Los resultados del primer semestre de la industria de fondos de inversión confirman el creciente interés por estos activos en el país, especialmente en deuda privada e inmobiliario”, dice Luis Alberto Letelier, presidente de Acafi.
Especialización
La naturaleza de estos activos requiere de conocimientos específicos y conlleva una administración especializada. “Las AFP no cuentan con las competencias para la gestión directa eficiente de estos activos”, dice Larraín.
En contraste con los instrumentos de oferta pública, en los cuales invierten las AFP, los activos alternativos tienen menor información disponible y su precio fundamental es más difícil de evaluar. Además, acarrean costos de administración adicionales, como velar por el gobierno corporativo en los fondos de deuda privada. A esta situación se le suma que la desinversión es más compleja en estos instrumentos.
Por estas razones, Larraín argumenta que la capacidad de gestión de activos alternativos es una habilidad que requiere de especialización que “no tienen las AFP hoy. Entonces, subcontratar estas capacidades a administradores especializados tiene mucho sentido”, indica.
Regulación
El problema surge porque la normativa actual establece que las AFP pueden delegar la gestión de activos alternativos en la medida en que sean los mismos activos en los cuales las AFP pueden invertir directamente. Es decir, la regulación obliga a las AFP a desarrollar estas capacidades de gestión.
Modificar esta normativa para que las AFP puedan delegar la gestión de activos alternativos facilitaría la inversión en estos instrumentos. “La decisión de desarrollar ella misma la capacidad (de gestión) es una decisión empresarial compleja, riesgosa, y que el sistema AFP no tiene por qué asumir”, dice Larraín. “Muchos de los activos alternativos, aun cuando se puede invertir en ellos vía fondos cuyas cuotas son de oferta pública, el activo subyacente es muy ilíquido. Y eso dificulta la valorización de esa cuota y, por lo tanto, las AFP tienen temor a hacerlo”, afirma.
El resultado de permitir a las AFP invertir en estos activos sin el sesgo de que deban hacerlo directamente es que se podrá mejorar, en parte, la rentabilidad de los fondos de pensión.
Sin embargo, Larraín advierte que la caída en ganancias responde a problemas macroeconómicos más complejos, y que la urgencia está en “recuperar la capacidad de la economía chilena de generar rentabilidades elevadas”. En ese sentido, invertir en activos alternativos también sería un avance, ya que estos instrumentos permiten “mejorar el acceso a financiamiento de largo plazo a empresas”, lo que impulsará la rentabilidad del portafolio de activos tradicionales.
ALTERNATIVOS
Este tipo de activos son infraestructura, activos inmobiliarios y deuda privada.